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miércoles, 20 de septiembre de 2017

SZARLOTKA (TARTA DE MANZANA DE POLONIA) EN OLLA GM D

Poco a poco, había conseguido que la granja volviera a renacer

No con el esplendor de cuando vivían mis abuelos

Entonces vacas, gallinas, conejos, ocas, viñas y un inmenso huerto componían el paisaje de mi niñez

Aunque no lo pareciera, cada uno tenía papeles muy bien definidos

Mi abuelo, en aquel pequeño tractor, yendo y viniendo de un campo a otro

Mi abuela se ocupa de las vacas y del resto de los animales

Mi madre con sus conservas y patés y de atender a los posibles clientes que se acercaban a la granja a comprar todos aquellos productos que nos daba la tierra

Mi padre pasaba las horas entre la huerta y en arreglar cualquier desperfectos o contratiempos, que no eran pocos, que pudieran surgir. Tejados, cercas, etc

Yo nunca me aburría. Después del colegio y según me apeteciera, me montaba con mi abuelo en su tractor y me enseñaba a llevarlo

Ayudaba a mi abuela a entrar a las vacas al establo o a conseguir reunir a las ocas sin que ninguna me diera un picotazo

mi madre me explicaba pacientemente la importancia de las conservas. Con ellas nos alimentábamos todo el año y sacábamos un dinero en los mercados de los pueblos más próximos

Lo que más me gustaba era estar con mi padre. Mirando siempre al cielo, preocupado por el tiempo. Ver con que mimo miraba y cuidaba cada planta. Me decía lo importante que era que lloviera o por el contrario que no lo hiciera

El tiempo, siempre a merced del tiempo

Se enfrentaba a cada topo o pulgón con determinación

Me hablaba de magia. De la magia de ver crecer en la tierra todas aquellas plantas. Me transmitía su entusiasmo

El primer declive de la granja empezó cuando los abuelos ya eran mayores. Ya apenas podían ocuparse de las viñas y de los animales

Las ocas, las vacas, las viñas, fue lo primero que desapareció a pesar de que mis padres se multiplicaban por cuatro

Cuando yo me marché a estudiar a la gran ciudad, la granja seguía funcionando pero ya se habían vendido algunas parcelas de tierra. El tractor también. Ya no era necesario

Las exigentes leyes europeas tampoco ayudaron. Lo que ayer era bueno para el campo hoy ya no lo era. Fueron muchas granjas, como la de mis abuelos, las que desaparecieron o quedaron como casas de veraneo para los nietos que quisieron conservarlas

Para mi, volver después de mis estudios fue lo normal. Desde el momento que me marché sabía que lo haría

No había hecho ninguna promesa ni tenía ninguna deuda que cumplir

Aquel lugar era mi vida y quería que siguiera siéndolo

No volví solo, sino con la que ahora es mi mujer

Sin darme cuenta le transmití a ella la pasión que me había transmitido mi padre por aquella tierra

Volví con muchas ideas

Cuando senté a mis padres para hablarles de ellas se miraron y se echaron a reír

Me sentí frustrado. Les estaba planteando un proyecto que no podía fallar, acorde con los tiempos y que, con tesón, saldría adelante, y ellos se reían

"Hijo, nos estás explicando lo que hemos hecho en esta granja durante toda nuestra vida. Más moderno, si, pero lo mismo. Lo que te enseñé"

Y era verdad

La única diferencia era que aunaríamos la fuerza de la tierra con la tecnología

Haríamos de nuestra granja una granja ecológica y enviaríamos nuestros productos allá donde nos lo pidieran

Buscamos un logo, unas etiquetas que hicieran visibles nuestros productos, buscamos una empresa de distribución y creamos una web

Empezamos por ahí porque lo demás, el resto, ya lo sabíamos hacer

Han pasado tres años. Nuestra empresa va viento en popa. Mis padres parece que han rejuvenecido

Mi hijo intenta seguirme a todos lados

Intenta esconderse entre matas que son casi más altas que él y cuando cree que no lo veo arranca un tomate y se lo come o con sus manos regordetas intenta desgranar una vaina de guisantes

Y cuando ve un nubarrón lo señala y me mira para ver si es bueno que llueva o no










INGREDIENTES

Para la masa

500 g de harina
1 cucharadita de levadura
200 g de azúcar glas
250 g de mantequilla
6 yemas de huevos
2 cucharadas de nata para montar

Para el relleno

6 manzanas
200 g de azúcar
2 cucharaditas de canela
3 cucharaditas de zumo de limón

Azúcar glas para decorar


ELABORACIÓN

Mezclar la harina con la levadura
Añadir la mantequilla a temperatura ambiente y en tacos pequeños
Añadir el azúcar glas
Amasar
Añadir las yemas y la nata
Seguir amasando

Separar la masa en dos partes
Pesar la masa. Dividirla en tres partes.
Hacer una bola con dos de las partes y guardar en la nevera envuelta con papel film
La otra bola guardarla en el congelador envuelta también con papel film
Durante una hora

Pelar y descorazonar las manzanas
Laminarlas
En una cacerola, poner un poco de agua y las manzanas
Cocer durante 15 minutos a fuego lento, sin remover
Pasado el tiempo de cocción, añadir el azúcar, la canela y el zumo de limón
Remover con cuidado con movimientos envolventes hasta mezclar
Colar y desechar el líquido
Reservar las manzanas

Pasada una hora, sacar la masa de la nevera

Preparar la cubeta

Poner papel horno en el fondo y que suba 2-3 dedos por las paredes
Poner la masa al fondo y con la ayuda de los dedos ir cubriendo todo el fondo
Menú Horno 8 minutos + tapa horno mismo tiempo a 180º

Dejar enfriar fuera de la olla

Cuando la masa esté templada, verter la manzana encima y repartir uniformemente

Sacar la masa del congelador y rallarla
Una vez rallada la masa, repartirla por encima de la manzana

Menú Horno 50 minutos + Válvula abierta + Tapa abierta (ver vídeo explicativo aquí Menú horno y el pitorro misterioso)

Tapa horno hasta dorar (unos 10 minutos aproximadamente)

Dejar enfriar

Decorar con azúcar glas

Receta adaptada de Los postres de mami


Los consejos de La Farsa

*Si os sale E3 no os preocupéis. Cancelar menú, esperar 2-3 minutos y volver a programar con normalidad

*Para rallar la masa mejor que utilicéis un robot de cocina, cuesta hacerlo con un rallador normal

*Para amasar he empezado en un bol grande con las manos, pero cuesta bastante ya que se desmiga, así que he seguido en un robot de cocina con los ganchos de amasar

*La mantequilla dejarla un buen rato fuera de la nevera, será mucho más fácil para amasar








Es una preciosidad de tarta




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