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miércoles, 4 de octubre de 2017

BIZCOCHO DE CALABAZA EN OLLA GM D

Siempre había sido una mujer de extremos. Iba por la vida pisando fuerte

Su manera de vestir, su peinado, al menos así lo transmitía

Su presencia, en cualquier lugar, nunca pasaba desapercibida

Cuando la conocí, primero fruncí el ceño, después sonreí pensando que estaba ante una loca

Pasado el primer impacto, te dabas cuenta que ella no buscaba ser el centro de atención

Te dabas cuenta, también, que lo que irradiaba era paz

En cuanto empezaba a hablar, con aquel acento argentino que no había perdido a pesar de estar fuera de su patria más de cincuenta años, quedabas hipnotizada

Yo iba con ganas e ilusión a aquella entrevista. Mi jefe me había hablado de aquella mujer argentina que había vivido y sufrido la dictadura de Videla. Yo esperaba subir un escalón en mi periódico

Reconozco que cuando la vi me dió un bajón. Aquella mujer no reflejaba ningún sufrimiento en su talante, en su rostro

Con el pelo muy corto blanco como la nieve, una pantalón blanco y ancho, una blusa con grandes flores naranjas y un gran cinturón que la ajustaba, tres o cuatro collares al cual más dispar, aquella señora de más de setenta años no parecía que hubiera vivido los horrores que, según mi jefe, había vivido

Por eso estaba en aquel café, para entrevista a aquella mujer que vestía de manera tan peculiar y que había sobrevivido a un auténtico infierno

Su voz. Su voz era como cuando miras un lago. Quieto

Fue desgranando su niñez y su juventud en Argentina. Y yo me la imaginaba rodeada de sus padres, de sus hermanos. Llena de vida y futuro

Y luego el horror

No deja en ningún momento de sonreír, con la boca, con los ojos

El secuestro, las violaciones, las torturas. A ella, a sus amigos

Siento que se me para la respiración y empiezo a llorar

Ella deja de hablar y espera. Sonríe

"¿Comprendés ahora? Me visto de luz para no ver la oscuridad. Ya estuve en la oscuridad. Ya salí de ella
Me hicieron fuerte pero sobre todo me hicieron feliz, rabiosamente feliz. Ellos trajeron la luz a mi vida, si, a pesar de todo. Con ellos se quedaron el dolor, las lágrimas...todo lo oscuro para ellos"

"Me sienta fantástico el naranja ¿Te fijaste, bella?"









INGREDIENTES

400 g de calabaza
1 yogur natural
2 huevos
90 g de mantequilla en pomada
180 g de harina
120 g de azúcar
2 cucharaditas de levadura
Media cucharadita de canela
3 cucharadas de mezcla de semillas
Nueces


ELABORACIÓN

En la cubeta, poner la calabaza cortada a dados y pelada
Añadir un dedo de agua
Menú Cocina 15 minutos
Despresurizar manualmente
Colar el agua
Chafar la calabaza como un puré

Batir el azúcar con la mantequilla

Montar las claras de los huevos a punto de nieve
Añadir las claras montadas al azúcar
Añadir las yemas
Remover con una espátula con movimientos envolventes
Y hacemos esto cada vez que añadimos un ingrediente

Añadir la calabaza
Añadir el yogur
Añadir la harina, la canela y la levadura
Añadir unas nueces troceadas y pasadas por harina, para que no se vayan todas al fondo

En un molde de aluminio rectangular verter la masa
Espolvorear la mezcla de semilla por toda la superficie

Menú Horno 40 minutos con válvula abierta + tapa abierta (ver vídeo explicativo de esto en el siguiente enlace Menú Horno y el pitorro misterioso

Tapa Horno hasta dorar al gusto

Receta adaptada de Entre Harinas




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