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jueves, 2 de noviembre de 2017

DE PELÍCULA

Todo lo vivía como una película

Hacía mucho tiempo que con la ayuda de su terapeuta lo había asimilado y ahora no se sentía un bicho raro, le había dado normalidad

Cada semana miraba los estrenos de películas

Elegía cuidadosamente la que más le pudiera gustar y el viernes, sin falta, iba al cine

Todas las películas que había visto desde hacía años le habían gustado

No siempre le gustaban en su totalidad, claro, pero era una persona positiva y siempre había algo por lo que valía la pena salvar esa película

¡Qué bonita historia! La actriz secundaria ha bordado el papel y ha superado con creces a la protagonista. ¿Y la música? ¡Qué maravilla y cómo acompañaba perfectamente a los protagonistas en sus paseos por París! El director ha captado perfectamente la esencia de una ciudad como Nueva York. Esos vestidos...esos vestidos te transportaban justo al siglo XIV

Y luego estaba ese otro tema

Aquel que le llevó hacía tantos años al terapeuta. No porque el creyera que tenía un problema

Claro que no

Pero eran tantas las personas de su entorno que no entendían esa obsesión

Obsesión, lo llamaban. Esa pasión y ese amor por el cine, lo llamaban obsesión

Le decían que a ellos también les gustaba el cine, claro

¿Pero hasta ese extremo?

¿Qué tenía de malo?

No era obsesión, era fascinación. Y nadie sabía la diferencia entre esas dos palabras, no señor, nadie

Para él entrar durante dos horas en un cine era su salvación. Aquello que le salvaba del lado gris de la vida. ¿Es que nadie lo podía entender?

¿Es que nadie podía entender que cada vez que se sumergía en una película podía ser y vivir lo que más le conviniera?

Unas veces protagonista, el ganador, el que conquistaba a la chica

Tampoco le importaba ser la chica que lloraba y perdía, porque sabía que a esa chica la iban a recordar, por encima incluso de la actriz principal

Y cuando llegaba a casa y entraba en la cocina, porque cocinar después era otra de esas fascinaciones

Porque podía cocinar para quién el quisiera

Según la película, aquella noche cenaba con una hermosa espía o tenía en su mesa a una chica desvalida a la que él protegería con su vida de los mafiosos que no querían que llegara a declarar

¿Es que no lo entendían?

¡Podía ser quién el quisiera una vez a la semana!

¡Podía invitar a cenar a quién él quisiera una vez a la semana!

¿Es que no entendían que la vida ya era lo suficientemente gris los seis días restantes?

Él había encontrado, a su modo, un trocito de arco iris

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