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viernes, 8 de septiembre de 2017

TARTA DE CEBOLLA EN OLLA GM D

Su madre. La echaba tanto de menos

La enfermedad la había ido debilitando. Y aunque ella se propuso cuidarla hasta el último momento, no pudo ser

Sus últimos tres días los pasó en el hospital. Ese hospital que tanto odiaba y al que le hizo prometer que no la llevaría a menos que fuera necesario

Habían sido meses agotadores. Veinticuatro horas dedicadas a ella. Le debía la vida, así que aquel era un sacrificio menor

La parte fácil fue pedir una excedencia de un año en su trabajo

El resto...el resto solo lo sabía ella

Ahora ya se había olvidado de las noches en vela, de los dolores lumbares, de hacer de tripas corazón, de ver a su madre apagarse poco a poco

Todavía tuvo que ocuparse de los preparativos del funeral. Lo hizo como una autómata, porque le tocaba

En el hospital, ya tenía pocos momentos de lucidez, por eso no podía entender aquellas palabras que le dijo su madre

"Tengo un diario, léelo. Y luego, tienes que buscarlo. Debes buscarlo"

¿Estaba desvariando?

Recuerda que le cogió la mano todo lo que sus fuerzas se lo permitieron y la miró a los ajos

Desde esas palabras todo se había precipitado

Estaba tan extenuada que no se había parado a reflexionar sobre aquello, aunque las palabras seguían martilleando su cabeza

Nunca había visto que su madre escribiera ningún diario y los últimos cinco años habían vivido juntas

En el dormitorio de su madre no encontró nada parecido a un diario o libreta

Si ese diario existía debía estar en la casa de sus padres. Pero desde que su padre había muerto se le hacía demasiado doloroso ir allí

Y no podía pensar en ningún otro sitio en el que buscar

Del mantenimiento de la casa se ocupa una vecina del pueblo, que iba de tanto en tanto a limpiar y a airear. Una vez al año, otro vecino se encargaba de encalar y de pequeñas reparaciones para que el paso del tiempo no fuera tan inexorable para aquellas paredes

Era la casa y el pueblo de su niñez. De sus mejores años

Se había alimentado de juegos solitarios, de imaginación y de aire puro. Y de la adoración por su padre

Ahora volvía a buscar un diario. ¡De locos!

Primero recorrió cada habitación, despacio. Como si aún pudiera oír a sus padres hablar, reír, moverse de un lado a otro, siempre juntos

Y empezó la búsqueda. Nada

Solo le quedaba el desván y aún no había encontrado nada

Se tomó un respiro sin dejar de mirar hacia arriba

Recordaba que siempre había una excusa para que ella no entrara allí

Sabía que sus padres guardaban lo que les daba pena tirar y nada más. Estaba lleno de polvo y seguramente también de bichos

Y lo encontró

En un pequeño baúl de cuero encontró cosas que parecían de su madre

Fotografías, cartas, pequeños objetos sin ningún significado para ella, como flores secas, entradas de cine, postales y al fondo de aquel pequeño baúl, un diario

Cuando, después de horas, leyó la última página, lo cerró

No era el diario de su madre. Era el diario que su madre había escrito para ella, para su única hija

Un primer amor. La chica se queda embarazada. La familia de él no acepta a una criada como madre de su nieto. Demasiado jóvenes

A él lo envían a estudiar bien lejos

Al mes y medio conoce al que será su marido durante más de cincuenta años, el que será su adorado padre

A ella siempre le pesó ese secreto. Nadie lo supo nunca

¿Y ahora debía buscar a su verdadero padre?

Esa decisión tendría que esperar hasta el día siguiente

Demasiadas sorpresas para un solo día

PD Cuento inspirado y dedicado a Almudena Fernández Dorado











INGREDIENTES

1 masa de hojaldre
6 cebollas
5 huevos
200 ml de nata líquida
200 g de queso gruyere rallado
Aceite
Sal
Pimienta


ELABORACIÓN

Cortar las cebollas en aros bien finos

Menú Cocina
Poner el aceite en la cubeta
Pochar la cebolla unos 10 minutos
Cancelar Menú

En un bol, batir los huevos
Añadir la nata. Batir
Añadir el queso rallado. Remover
Salpimentar

Añadir la cebolla pochada
Remover

Preparar la cubeta

Cortar el hojaldre a la medida de la cubeta pero dejando 2-3 dedos de más
Con el mismo papel que lleva el hojaldre, colocarlo en la cubeta
Nos ayudaremos con las dedos para que el borde del hojaldre no caiga, acomodándolo

Verter la masa sobre la masa
Distribuir con una cuchara por toda la masa

Menú Horno 25 minutos con válvula abierta + tapa abierta (cerrar la tapa e ir abriendo poco a poco hasta que aparezca el pitorro metálico de la tapa)

Tapa Horno hasta dorar al gusto, hasta que se vea el borde del hojaldre crujiente

Receta adaptada de EnFemenino


Consejos de La Farsa

*Para cortar las cebollas en aros bien finos he utilizado una mandolina

*Para ver el vídeo explicativo de la Tapa Abierta, clica en el siguiente enlace 
La Farsa y el pitorro misterioso














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