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lunes, 6 de noviembre de 2017

APARIENCIAS

Sonrisa. Buenos días

Sonrisa. ¡Qué tenga un buen día!

Sonrisa. ¡Aquí tiene su café!

Y así todo el día

Caras, caras, caras y más caras

Estudiante. Trabajando para pagarse los estudios. Aún tenía suerte

Chico guapo sentado en una mesa. Aún no ha pedido nada. Me acaba de sonreír. ¿Café me ha dicho? ¡No te distraigas! Es guapo. Con lo fea que estoy con este gorrito verde...

Se acerca, se acerca

Sonrisa. Buenos días. ¿Qué te pongo?. Parece tímido. Es guapo

Al día siguiente, tres horas y un café

Le resultó un poco incómodo, pero era guapo

Al tercer día, a la hora del cierre, creyó verlo en la cera de enfrente. Se fue con su compañera en coche. Una pequeña alarma se instaló en ella

A la semana siguiente, ya no vino a la cafetería. Se sintió decepcionada y aliviada a partes iguales. ¡Era tan guapo, en fin!

Casi se había olvidado de él cuando lo vio comiendo solo en el mismo restaurante en el que estaba celebrando su veinte cumpleaños con su familia. Se lo contó a su hermana. ¿Qué te está siguiendo? ¡No flipes! ¡Lígatelo, es guapísimo!

Tres de la madrugada, vuelta a casa. Se lo había pasado genial

Hubiera pedido que la acompañaran pero necesitaba aire fresco. Caminar le sentaría bien. La última copa no se la tendría que haber tomado

Tres calles y tumbarse en su cama. Esperaba que su madre no estuviera despierta

Pasos detrás de ella. Un sábado noche es lo normal

Los pasos siguen detrás de ella. Se cambia de acera. Los pasos la siguen. Otra vez aquella alarma dentro de ella

Nunca camines por la acera si crees que estás en peligro. Debes hacerlo por el medio de la calle. Lo había leído en un libro de suspense, que tanto le gustaban

Nunca debes gritar socorro. La gente no acudirá

Debes caminar en medio de la calle y gritar "fuego, fuego, fuego". La gente saldrá enseguida y avisará a la policía, a los bomberos. Solo lo hacen cuando creen que pueden estar ellos en peligro

Empieza a camina en medio de la calle. No se atreve a girarse. No se atreve a gritar

Agarra fuerte el bolso con una mano, la otra empieza a rebuscar intentando encontrar las llaves

Las llaves. Debe tener las llaves en la mano cuando llegue a su porteria

Ya ve su portal. Las llaves en la mano. La voz no le sale. No es capaz de articular palabra

Los pasos que la siguen están cada vez más cerca

Llave en la cerradura, sin dudar. Abrir. Empujar. Cerrar.

Las piernas le fallan. Recuesta todo su cuerpo en la puerta

Solo oye el golpeteo de su corazón

El subconsciente le ha jugado una mala pasada. ¡Qué tonta!

Un golpe seco desde fuera la hace separarse de la puerta, girarse y encogerse, agarrando fuerte el bolso

Una silueta y una cara pegada a los cristales

Una cara llena de rabia y de oportunidad perdida

¡Qué guapo es!

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