Vivir en un pueblo diminuto y ver pasar trenes por delante de tu casa es complicado
Es complicado sobre todo si te han hecho creer que eres diferente, si nadie te entiende, si te miran como a un bicho raro desde que tienes uso de razón
Es complicado porque tus miedos no están a la altura de tus deseos. Tus miedos están muy por encima
En el pueblo te conocen, no te aceptan pero te conocen
Pasas miedo si te cogen sólo, pero es gente que conoces
En la gran ciudad puedes pasar desapercibido pero no te conocen. Si quieren hacerte daño de verdad no tendrán compasión
Sus padres le quieren, le quieren mucho pero le dicen que disimule, por su bien y por paliar el sufrimiento de ellos, que viven en un continuo ay
Y él lo intenta, de verdad que lo intenta
Ya quisiera él pasar desapercibido, no sentirse diferente
Sería aún mejor que esa diferencia no fuera tal, que lo aceptaran con normalidad
Dicen que las cosas han cambiado mucho, que ya no hay tanto odio...
¿Han cambiado para quién?
¿Para él, que no puede vestirse como quiere?
¿Qué cualquier ademán más femenino de lo conveniente se convierte en miradas de desaprobación y asco?
¿Qué es lo que ha cambiado?
Así que ella, porque es ella, sigue mirando pasar los trenes sin atreverse
Es cierto que con cada insulto, con cada burla, con cada empujón o puñetazo, los miedos empequeñecen, pero siguen en su cabeza y atenazando su estómago
Ella sabe que tiene que hacer crecer su determinación, convertir su rabia en fuerza, sus lágrimas en tesón
Seguro que todavía verá muchos trenes pasar y tendrá miedo de cogerlos, pero habrá uno, llegará el día en que uno de esos trenes parará para ella
Receta relacionada AQUÍ

No hay comentarios:
Publicar un comentario
DEJA AQUÍ TU COMENTARIO... ¡LA FARSA ES RÁPIDA!