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lunes, 6 de noviembre de 2017

EL PLACER DE COMER

"No hagas bola, traga" Era la cantinela que más había oído siendo un niño, a la hora de comer

"No me come, no hay manera de que me coma" Se le escuchaba cada día a su madre, quejándose a las vecinas, a sus amigas, a su familia

Mil y un remedio le aplicó su madre para que, según ella, no se muriera de hambre

Y él simplemente, antes que comer, prefería hacer tantas cosas

Jugar, correr, ir al parque, que su madre le hiciera cosquillas, esconderse con su hermana debajo de la cama, en el armario

Abrazar a su perro y quedarse dormido con el calorcito que le daba

Abrazar a su abuela y oler su colonia en el hueco de su cuello

Saltar, caerse, incluso caerse, trepar en el árbol de su jardín

Observar durante horas una fila de hormigas, cerrar los ojos y oír los grillos cantar

Ver cómo su abuela hacía un bizcocho, ver cómo subía el bizcocho dentro del horno

Nunca sentía "hambre". Ni siquiera sabía lo que era.

A veces, su cuerpo le llevaba hasta la comida

Pero no tenía esa necesidad de perder el tiempo, sentado en la mesa y comiendo

¡Había tantas cosas que estaban ocurriendo al su alrededor en es momento!

¡Y él se lo estaba perdiendo!

Y un buen día y por enésima vez, a su madre le recomendaron ir a un médico

"Hará que coma. Es una eminencia"

Lo subió a una camilla enorme. Lo miró. Le sonrió y le guiñó un ojo

Lo bajó de aquella camilla. Llamó a la enfermera que se lo llevó de la mano

Al poco rato, o eso recordaba él, salió su madre suspirando

Nunca más oyó a su madre quejarse sobre el tema de la comida, ni lo perseguía por toda la casa con algo de comer en la mano

Los primeros días, aunque su madre parecía preocupada ya no lo expresaba con palabras

A los cuatro día incluso esa cara de preocupación desapareció y ya no se sintió continuamente observado por ella

A la semana siguiente seguía saltando, trepando, abrazando, observando, corriendo, riendo...

Pero en algunos de esos momentos descubría un trozo de pan, un trozo de chocolate o un bocadillo en su mano

Se descubría sentado en la mesa, al lado de su hermana y de sus padres, comiendo, riendo, hablando

Su madre ya solo lo abrazaba, lo besaba, le hacía cosquillas, reía con él y lo volvía a abrazar

Así descubrió todos los placeres de la vida: por si solo

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