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viernes, 6 de julio de 2018

CREMA A LAS SIETE VERDURAS EN OLLA GM D

Solo quería salir de allí, sin hacer daño a nadie. Echar para atrás el tiempo y que nada de aquello hubiera siquiera empezado

¿Cómo se había podido complicar tanto?

Él era un mangante de poca monta, siempre lo había sido

Huyó de los estudios como un gato del agua, así que el camino más fácil había sido el de las calles y buscar la compañía de otros como él

Robar el tiendas, se había convertido en un divertimento. Sus padres ya no le daban ni para pipas y las horas en la calle eran demasiadas. Lo más práctico, robar la merienda

No recuerda cómo pasó de los bollycaos a otras cosas más importantes

Se le daba bien

Ropa, móviles, comida, gafas, todo lo imaginable para su uso personal

Otro paso natural fue revender todo lo que le sobraba

Las drogas y el alcohol nunca fueron con él. Había visto visto como muchos de sus amigos se quedaban en el camino y a él, con robar tenía bastante

Había hecho de aquellos hurtos y de su venta su modo de vida

La policía lo conocía, claro que lo conocía. Hasta ahora, por su buena destreza y por la poca de la policía, se había librado. Nunca lo habían podido coger con nada encima y eso era importante

Le tenían muchas ganas. Ya no le serviría con ser menor. Con veinte años recién cumplidos, algún día en la cárcel pasaría

No sabía cómo se había dejado enredar por el amigo de un amigo de un amigo...

Nunca había estado tan asustado, ni cuando con nueve años lo había retenido un guardia de seguridad por robar una gorra. Habían avisado a sus padres. Cuando le dijeron que su padre iría a buscarlo se orinó encima de puro miedo

Su padre tenía la mano demasiado ligera y aunque ahora ya no se atrevía ni a soplarle, en aquel entonces, la correa iba de boli

Sus colegas tardaron en convencerlo, pero lo hicieron

Entrar y salir, le dijeron

Y ahora aquel banco se había convertido en una ratonera para él y para aquel yonqui que le acompañaba

Si él estaba histérico, no quería ni pensar cómo estaría el otro

Cuando sonaron las primeras sirenas, sabía que el que los esperaba fuera en un coche, ya estaría muy lejos de allí

Allí quedaban los dos tontos con unas pistolas, rodeados de policías

Si todo quedara solo en eso aún podría dar gracias, pero si el asunto se complicaba, y todo apuntaba que así sería, pasaría muchos años en la cárcel

Tenía que deshacerse de su pistola y tranquilizar a aquel tipo escuálido del que no recordaba ni el nombre

Aquel tipo temblaba, gritaba a todo el mundo y amenazaba con la pistola, cogida con las dos manos incapaz de sostenerla con una sola

De pronto, sintió que algo impactaba en el pecho, le hacía retroceder y caer

Dejó de oír. Se tocó el pecho y vio sus manos llenas de sangre

No quería que lo recordaran así, como un atracador

Sabía que le rompería le corazón a su madre

Solo era entrar y salir, le dijeron

Si solo era entrar y salir, porqué no robaba banco todo el mundo

Y con ese pensamiento estúpido se le escapó la vida

PD Relato inspirado por Xenia Ferrer












INGREDIENTES

1 puerro grande
6 zanahorias
1 nabo
1 rama de apio
2 patatas
2 tomates
1 calabacín
1 cebolla
1 pastilla de caldo de verdura
100 ml de nata líquida
Mantequilla
Agua
Sal
Pimienta


ELABORACIÓN

Pelar y cortar las verduras en trozos pequeños

En la cubeta poner una cucharada de mantequilla
Menú Cocina
Pochar el puerro
Reservar

Limpiar la cubeta o utilizar otra

Poner el resto de verduras en la cubeta y la mitad de la pastilla de caldo
Cubrir de agua
Menú Cocina 10'

Sacar la cubeta de la olla
Pasar la verdura a un bol con 3-4 cucharones del caldo
Sazonar al gusto
Triturar

Verter el puerro en la cubeta limpia
Verter 1-2 cucharones del caldo de cocer las verduras
Añadir la pastilla de caldo restante
Menú Cocina sin tapar
Cocinar 5-6' removiendo

Añadir el puerro y la nata líquida a la crema anterior
Mezclar

Receta adaptada de m.marmiton.org

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