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martes, 14 de junio de 2016

EL BIZCOCHO DE LOS SÁBADOS

Su madre nunca le dejó comer chucherías. Se te caerán todos los dientes, era su frase favorita

Más de una vez había pasado incluso vergüenza

Sobre todo en aquella ocasión en el parque cuando la mama de otra niña se le había acercado con una bolsa llena de nubes, moras y regaliz y le había dicho: Anda coge, una de vez en cuando no hace daño

Su madre, indignada, se había levantado como un resorte del banco donde estaba sentada y cogiéndola de la mano, le había dado una lección en todo regla a aquella madre permisiva que no sabía educar a sus hijos

Le había soltado otra de sus frases favoritas: A los hijos hay que darles amor y dulzura pero hay que saber decirles un no categórico a las cosas que les pueden dañar

Nunca más, ninguna madre, le volvió a ofrecer una chuche. Bueno...ni una chuche ni nada más.

Al principio ella sufría y lloraba. Más tarde lo entendió. Mucho más tarde

Esa actitud de su madre no significaba que en su casa no se comieran dulces. Ni mucho menos

De hecho, cada viernes por la noche, cuando su madre la acurrucaba antes de irse a dormir, ella le preguntaba: ¿De qué me vas a hacer el bizcocho mañana? Y su madre siempre le contestaba lo mismo: ¡Mañana lo sabrás!

Y cada sábado por la mañana su casa se llenaba de olores extraordinarios, de esos que uno recuerda para siempre. aquellos que se huelen en la infancia y en los que se refugia uno cuando se es adulto

Su casa olía a vainilla, a limón y naranja, a azúcar y huevos, a caramelo derretido y a chocolate...

Ahora lo entendía todo

Entendía el profundo amor de su madre

El mismo que ella vertía sobre su hijo cada sábado, en la cocina, oliendo los aromas de su infancia

Y sabía que su hijo sería un adulto feliz



2 comentarios:

  1. Ohhhhhhhh, qué bonito, Ana. Mira, se me ha erizado la piel. Yo no tengo hijos, pero pienso igual. Además, siempre es mejor un buen dulce casero que un millón de esas porquerías de plástico dulce.

    Preciosa historia.

    Muacccccccccc

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    Respuestas
    1. Gracias Laura! Aunque no tengamos hijos todos hemos tenido madre...y hay recuerdos que permanecen en la memoria y sobre todo olores! Ay los olores de nuestra infancia!

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