¿Una historieta?
Hace tiempo que ha perdido el gusto por la comida
Esas jovencitas con uniformes blancos la animan cada día, le dicen que debe alimentarse, que eso hará que tenga fuerzas
Si supieran que ella ya no quiere tener fuerzas, que para ella comer es aferrarse a la vida, que ella ya hace tiempo que dejó de luchar
Sus compañeros de residencia cuentan las horas y los minutos, deseando que llegue la hora de la comida y de la cena
Todos se quejan: dan poco de comer, está sosa, siempre es la misma... Pero la esperan ansiosos. Es la rutina más esperada
Ella come resignada. Sin ganas
No puede entender dónde han ido a parar los olores de su vida, esos que tanto amaba. Dónde han ido esos ingredientes con los que jugaba cada día. Porque para ella era un juego, una diversión, entrar en la cocina y jugar. O cocinar, era lo mismo
El aroma de un bizcocho horneándose. El olor a una carne soltando sus jugos. El aroma intenso a canela, a la ralladura de una naranja... Tantos y tantos olores desaparecidos, aniquilados de su vida
Ella lo que esperaba con ansiedad era la visita de su nieta
Ella era la única que le traía un poco de vida, un poco de fuerza
Un poco de sopa, una crema de calabaza, 2 pestiños... poca cosa, pero suficiente
Suficiente para saber que su nieta jugaba con los alimentos como ella jugó en otro tiempo
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