Ella era de la opinión que cada día aprendía algo
Aprendía algo porque siempre había alguien que compartía lo que sabía con ella
No solamente con ella. Esto de las redes sociales era universal, como los sentimientos y las emociones
Ella se imaginaba que las personas en esas redes sociales estaban unidades de alguna forma
Se imaginaba miles de arterias invisibles que transportaban miles de cosas buenas
La misma cantidad de información que de energía positiva
Se lo imaginaba en miles de miles de millones de cables intangibles, como un arco iris infinito hecho de colores imposibles
Para ella no eran datos, eran sonrisas, gestos, miradas, manos
Personas que se esmeraban en poner su mejor cara delante de pantallas que ocultaban todo lo negativo
Pantallas que se funden en negro si no las tocas, como las personas
Teclados que no trasmiten si no vuelas sobre ellos, como si necesitaran ser acariciados para dar lo mejor de si mismos
Ella, que era de letras, le adjudicaba sentimientos humanos a toda aquella información técnica que el mundo se empeñaba en explicarle: módem, adsl, post, internet y un largo etcétera
Todo eso para resumir que las redes sociales estaban ahí para unir gente
Gente que estando rodeada de gente, prefería ignorar a esas gentes y encontrar gente que no podían verse
Y por eso ella prefería no pensar en eso y seguir creyendo que la gente era maravillosa allá dónde se encontrara
Incluso detrás de una pantalla
Porque, como en la vida real, las cosas negativas debían ir a la papelera de reciclaje
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